La Guerra Civil estadounidense o Guerra de Secesión fue un
conflicto significativo en la historia de los Estados Unidos de América, que
tuvo lugar entre 1861 y 1865.
Norte y Sur en guerra fratricida.
Los bandos enfrentados fueron las fuerzas de los estados del norte
contra los recién formados Estados Confederados de América, integrados por once
estados del sur que proclamaron su independencia.
En 1859, John Brown, un partidario
del abolicionismo, había tratado de iniciar una rebelión de esclavos en
Virginia atacando un depósito de municiones del ejército. Brown fue rápidamente
capturado, juzgado y sentenciado a la horca, tras lo cual muchos habitantes del
norte lo aclamaron como mártir.
Douglas conminó a los Demócratas sureños a permanecer
en la Unión, pero estos por su parte nombraron su propio candidato presidencial
y amenazaron con separarse si los Republicanos resultaban victoriosos. La
mayoría en los estados sureños y fronterizos votaron contra Lincoln, pero el
norte lo apoyó y ganó las elecciones.
En marzo de 1861, cuando Lincoln tomó posesión de su cargo,
Carolina del Sur, Misisipi, Florida, Alabama, Georgia, Louisiana y Texas se
constituyeron en los Estados Confederados de América con Jefferson Davis

El primer acto de guerra fue el asalto confederado del sur a la guarnición de Fort Sumter el 12 de abril de 1861.
La represión del ejército del norte al
recuperar
Fort Sumter, hizo que a los estados sudistas se les unieran Virginia, Arkansas, Tennessee y Carolina del Norte. De este modo comenzó la guerra civil entre los Estados Confederados del Sur y los Estados del Norte, que acabaría con la victoria de estos últimos en 1865.
En el trasfondo, era una lucha entre dos tipos
de economías, una industrial-abolicionista (norte) y otra agraria-esclavista
(sur), la cuales eran totalmente diferentes. Figurativamente, podría decirse
que era una lucha entre el siglo XX y el siglo XIX.
Los sureños (siete millones de habitantes) declararon que no
peleaban sólo por la esclavitud: después de todo, la mayoría de los soldados
confederados eran demasiado pobres para poseer esclavos. El sur estaba empeñado
en una guerra de independencia que mantuviera las relaciones entre el norte y
el sur dentro de la Commonwealth: una segunda revolución.
Los confederados generalmente tuvieron la ventaja de pelear en su
propio territorio, y su moral era excelente. Tenían magníficos soldados de
infantería, de caballería y generales, pero eran mucho menores en número que
las fuerzas de la Unión del norte. A las fuerzas regulares, se les unieron
regimientos europeos y partidas de voluntarios que hostigaban al enemigo con
tácticas de guerrilla.
Soldados negros del norte.
Al finalizar la guerra, algunos de los integrantes de dichas
partidas fueron perseguidos como forajidos por las tropelías cometidas durante
la contienda. La red de ferrocarriles y la base industrial del sur no podían
sostener un esfuerzo bélico moderno.
Para
librar la guerra, el Sur se financió con la exportación de algodón que
embarcaba hacia Europa. A su vez, el Norte lo hizo con la emisión de un nuevo
papel moneda, tras rechazar Lincoln un préstamo de cinco millones al doce por
ciento de interés ofrecido por Moses Taylor. Ambas partes suspendieron algunas
libertades civiles, imprimieron montañas de papel moneda y recurrieron al
reclutamiento.
Por el sur peleaban incluso quienes no tenían esclavos.
El ejército sureño (Confederado) obtuvo importantes victorias en
la primera etapa de la guerra, pero en el verano de 1863 su comandante, el
General Robert E. Lee, se dirigió hacia Pennsylvania, en el norte.
En Gettysburg se encontró con un ejército de la Unión, y así dio comienzo la batalla de mayor magnitud jamás librada en suelo norteamericano.
Después de tres días de lucha desesperada, los Confederados fueron
derrotados. La marina de la Unión rápidamente impuso un bloqueo que creó una
escasez de material bélico y bienes de consumo en la confederación.
La Guerra Civil fue el episodio más traumático de la historia de
los Estados Unidos. Las cicatrices no se han cerrado por completo hasta el día
de hoy.
Todas las guerras posteriores en que ha participado Estados Unidos
han tenido lugar mucho más allá de sus fronteras, pero este conflicto devastó
al sur y sometió a esa región a la ocupación militar. El país perdió más
hombres en esta guerra que en cualquier otra: un total de 636.000 muertos.
La guerra resolvió dos problemas
fundamentales que habían dividido a Estados Unidos desde 1776: puso fin a la
esclavitud, que fue completamente abolida por la Enmienda 13 de la Constitución
en 1865; y decidió, de una vez por todas, que Estados Unidos no es una
colección de estados semi-independientes sino una sola nación indivisible.
Después de cuatro amargos años de guerra, se conservó la Unión y se liberó a
los esclavos.
Aunque la victoria del norte en la Guerra
Civil aseguró la integridad de Estados Unidos como nación indivisible, muchas
cosas se destruyeron en el curso del conflicto, y el objetivo secundario de la
guerra, la abolición del sistema de esclavitud, se logró sólo de manera
imperfecta.
Para los negros, ha sido una lucha larga y penosa en busca de la
igualdad. Muchos se trasladaron a las ciudades del norte, sólo para afrontar
nuevas dificultades. Pero el movimiento en pro de los derechos civiles continuó
bregando en contra de empecinados sistemas sociales y económicos con el fin de
garantizar igualdad de oportunidades para los negros en materia de vivienda,
educación y trabajo.
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